PKI y gestión de identidades y accesos (IAM)
IAM controla los accesos; PKI verifica identidades. Juntos, mejoran la autenticación, reducen riesgos de credenciales y habilitan el modelo Zero Trust.
Tabla de Contenidos
Estos dos marcos comparten objetivos similares de proteger la información confidencial, pero con enfoques y mecanismos diferentes. La IAM coordina las identidades y los privilegios de acceso. La PKI es el mecanismo más seguro, fiable y a prueba de fallos para autenticar la identidad de dispositivos y usuarios. Junto con un PIN (por ejemplo, un PIN biométrico), la PKI autentica la identidad de una persona cuyos derechos están controlados por la IAM.
Exploremos qué son la IAM y la PKI, cómo funcionan juntas, por qué se deben utilizar ambas y cómo incorporarlas para respaldar una arquitectura Zero Trust.
¿Qué es la gestión de identidades y accesos (IAM)?
La IAM es un marco de seguridad que incluye las tecnologías y políticas para gestionar y controlar el acceso a los recursos y sistemas protegidos. Garantiza que las personas o entidades adecuadas tengan el nivel de acceso apropiado a los datos, servicios y aplicaciones dentro de la infraestructura de TI de una empresa, al tiempo que protege los recursos del uso no autorizado. El marco de la IAM implica estos pasos clave:
- Verificar personas, dispositivos o sistemas a través de nombres de usuario, direcciones de correo electrónico u otros identificadores.
- Autenticar a los usuarios mediante contraseñas, datos biométricos, tarjetas inteligentes, autenticación multifactor (MFA) o PKI.
- Verificar los derechos y permisos de acceso de los usuarios para determinar las acciones que pueden realizar.
- Aplicar el control de acceso mediante políticas basadas en roles o atributos.
- Gestionar la creación, modificación y eliminación de cuentas de usuario.
- Supervisar y registrar las actividades de los usuarios y los eventos del sistema para detectar y responder a incidentes de seguridad o infracciones de las políticas.
IAM proporciona un enfoque estructurado para gestionar y controlar los derechos de acceso, los permisos y los privilegios. Garantiza que las personas o los sistemas autorizados puedan acceder a recursos específicos para realizar sus tareas y responsabilidades. Puede ayudar a mejorar la seguridad de las cuentas, reducir la carga de trabajo de TI, mejorar la productividad, proporcionar un control y una visibilidad centralizados y facilitar el intercambio de información.
Sin embargo, las organizaciones no pueden maximizar estos beneficios sin la capacidad de verificar la identidad de los actores digitales de forma segura y fiable. Las credenciales tradicionales de secreto compartido, como el nombre de usuario y la contraseña, son fundamentalmente vulnerables y propensas a errores. A menudo dan lugar a una mala experiencia del usuario, reducen la productividad de los empleados y aumentan las solicitudes de asistencia técnica.
La PKI proporciona una base segura para el establecimiento de la identidad en dispositivos conocidos con un mecanismo fiable y reforzado contra los ataques. Al mismo tiempo, permite ofrecer una experiencia de uso sin fricciones, lo que permite a las organizaciones aprovechar todo el potencial de la IAM. Veamos qué es la PKI y cómo da soporte a la IAM.
¿Qué es la infraestructura de clave pública (PKI)?
La PKI consiste en hardware, software, políticas, normas y procedimientos que permiten la creación, distribución, gestión y revocación seguras de certificados digitales y sus claves públicas y privadas asociadas. Sirve de base para el intercambio seguro de datos y la autenticación en el mundo digital.
Las identidades digitales son el núcleo de la PKI. Están vinculadas a certificados digitales emitidos y gestionados dentro de una PKI. A su vez, los certificados digitales pueden contener la clave pública de un usuario o dispositivo y otra información (por ejemplo, nombre, correo electrónico y organización), verificada mediante una firma digital de una autoridad de certificación (CA) de confianza.
La PKI ayuda a establecer la confianza, la confidencialidad, la integridad y la autenticidad en las comunicaciones y transacciones digitales. Autentica la identidad de un usuario a través de certificados digitales, protege la integridad de los datos durante la transmisión, impide el acceso no autorizado mediante el cifrado y garantiza que los remitentes no puedan negar sus acciones (por ejemplo, la firma de un documento digital).
IAM y PKI: ¿cuál es la diferencia?
IAM y PKI comparten objetivos similares con enfoques diferentes. IAM es una plataforma de coordinación para controlar el acceso y los permisos de las entidades digitales. El marco permite a las organizaciones gestionar las identidades digitales a través de políticas, procesos y tecnologías para garantizar que el personal autorizado pueda acceder a los activos adecuados en el momento adecuado. Por su parte, PKI ofrece un mecanismo robusto para establecer la identidad de un actor o dispositivo digital. Proporciona los medios para que las organizaciones implementen IAM.
Cómo funcionan juntos PKI e IAM
PKI e IAM funcionan juntos de forma sinérgica para mejorar la seguridad general y el control de acceso. PKI proporciona una base sólida para autenticar y proteger las identidades digitales, mientras que IAM define y gestiona los roles de los usuarios y los permisos de acceso. Al incorporar PKI, los marcos IAM utilizan certificados digitales para verificar las identidades de los usuarios o dispositivos. PKI también añade una capa adicional de seguridad a los sistemas IAM, lo que dificulta que los usuarios no autorizados puedan violar los sistemas.
La PKI mejora la gestión de privilegios en un sistema IAM al permitir un control de acceso granular basado en los atributos de los certificados digitales. El IAM aprovecha la PKI para establecer canales seguros para el acceso de los usuarios y la transmisión de datos. Además, un marco IAM puede utilizar la PKI para incorporar firmas digitales para la validación y autorización de los usuarios, como la firma de contratos digitales o el consentimiento de los usuarios.
Las empresas pueden emplear sistemas IAM para garantizar que solo los usuarios autorizados reciban certificados válidos dentro de una PKI, lo que aumenta la precisión y la eficiencia de la emisión, renovación y revocación de los certificados digitales. Por último, la PKI y el IAM trabajan juntos para aplicar y supervisar las políticas de control de acceso, monitorizar las actividades de los usuarios y generar registros con fines de cumplimiento y auditoría para garantizar el cumplimiento de las normativas de privacidad de datos.
Ventajas de utilizar IAM junto con PKI
El uso conjunto de IAM y PKI puede ayudar a reforzar su postura de seguridad y proteger mejor la información y los recursos confidenciales de su organización. La PKI es compatible con IAM al proporcionar un método de verificación de identificación robusto que no está sujeto a ataques y errores humanos que suelen acompañar a las credenciales de usuario y contraseña y a la MFA tradicional. Mejora la capacidad de controlar el acceso y aplicar el cifrado para cumplir los requisitos normativos.
IAM y PKI también funcionan conjuntamente para dar soporte a una plantilla distribuida, ya que permiten el acceso remoto seguro a los recursos corporativos para que los empleados remotos puedan acceder a los sistemas y datos sin comprometer la seguridad. IAM y PKI se adaptan para dar cabida a un número creciente de usuarios y dispositivos, al tiempo que agilizan los procesos de autenticación y acceso de los usuarios para mejorar la productividad y la satisfacción de estos.
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La gestión de la identidad digital es cada vez más esencial. Cada conexión requiere una autenticación robusta para garantizar la integridad de la red, proteger contra ataques maliciosos y minimizar el tiempo de inactividad inesperado. La combinación de PKI con sistemas IAM permite a las organizaciones simplificar los procesos de autenticación de usuarios, mejorar la seguridad, garantizar el cumplimiento normativo y mejorar la eficiencia. PKI también permite la gestión de la identidad de las máquinas para dar soporte a una arquitectura Zero Trust.
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